De todas las frases pronunciadas por el Rector Virtuoso durante la Lección Inaugural, quizás una de las que más impacto causó fue cuando enfatizó que la Compañía de Jesús y la UCAB habían decidido quedarse en el país.

Es una verdad de Perogrullo, porque una universidad no es el tipo de cosas que embalas y envías por carga. Pero en este contexto, la decisión de quedarse es muy distinta a quedarse por resignación. Esa diferencia aparentemente retórica es el comienzo para iniciar la transformación.

¿Para qué nos quedamos? Como bien señala el rector, esa decisión se toma no solamente para tratar de sobrevivir, sino “para luchar por el cambio a condiciones de vida más humanas; para vivir en democracia y libertad, para avanzar en la conquista de las posibilidades que ofrece esta fase histórica del desarrollo civilizatorio. Quedarse para contribuir en la liberación de la esclavitud que nos está destruyendo, en la construcción de nuestros sueños y esperanzas y en la reconciliación de nuestro pueblo, para gestar una nueva historia”

Hay allí una invitación a todos los que seguimos en país y especialmente a los ucabistas a incorporarnos a tener un rol más activo en estos tiempos de oscuridad. Está claro que  nuestra prioridad es mantenernos vivos, mantenernos sanos y asegurarle a nuestros hijos las mejores condiciones de vida que podamos. Pero no es suficiente.

No estamos aquí para compadecernos de nosotros mismos. Estamos aquí para contribuir a cambiar una situación desastrosa que hoy pareciera que no tiene salida. Somos muchos los que estamos aquí y  tenemos el talento suficiente para hacer que el país recupere la libertad y la democracia . Y son muchas las ayudas  que se necesitan de todos los venezolanos que están afuera.

Este año lectivo que recién comienza es probablemente el mayor reto que ha enfrentado la UCAB en sus casi 65 años de historia, pero ver una universidad llena de gente dispuesta a formarse es un motivo de orgullo y una razón para seguir adelante.

Luis Ernesto Blanco

Director de Egresados