Siempre un nuevo año es motivo para estar optimistas y esperanzados en relación a lo que puede ocurrir, pero los venezolanos tienen muchos años en los que las expectativas cada vez son peores en relación al desempeño de nuestra economía. Este va a ser un año extraño. 2019 fue pésimo, a la recesión que viene experimentándose desde 2014 se unió un alza en los precios que no es común, incluso que sorprendió a los expertos que durante años afirmaban que no era posible un escenario así en una economía petrolera como la venezolana. Por ello, 2019 sirvió para que muchos entiendan que Venezuela no es distinta, ni especial, es igual que todas las economías y que aquí como en cualquier parte del mundo la teoría económica se cumple.
Seis años de depresión son algo impresionante, el contraste entre la Venezuela que creció desde la dictadura gomecista y los primeros años de la democracia es importante. Mejor prueba de que lo peor que le puede ocurrir a un país es la ejecución del socialismo, y eso tampoco es un éxito del Chavismo, todos desde López y Medina hicieron su parte en este proceso de destrucción que alcanzó su apogeo en el siglo XXI y más precisamente en 2019.
Por esa razón hay muy poca probabilidad de que 2020 pueda ser peor, sin embargo muy poca no significa ninguna, por lo que un desastre peor podría tener una probabilidad del 10%. Los últimos meses de 2019 mostraron un repunte de la actividad económica comercial y consideramos que esta se mantendrá en el primer y segundo trimestre de2020, sin embargo, eso no significa recuperación económica, va a ser el repunte posterior a una gran caída, que puede ser el marco para que la economía siga su proceso de caída. Por tanto el segundo semestre del año será el que muestre el desenlace final del año.
¿Qué puede pasar? Bueno, si los hacedores de política entienden que el proyecto que vienen ejecutando no tiene sentido y cambian radicalmente su postura, eso puede marcar un proceso de recuperación definitiva del aparato productivo y de la economía venezolana, que se mantendrá en la medida en la que ese propósito de cambiar y reestructurar la economía se mantenga. Eso tiene una probabilidad muy baja, hoy le asignaría también el 10% del primer escenario que es el de la caída definitiva.
Hay dos posibles escenarios y que tienen una mayor probabilidad que estos dos anteriores, el tercero en el cual el gobierno se mantiene y logra concretar su proyecto, sería nefasto para la economía nacional, se acabaría por completo con la posibilidad de recuperación y si preguntan ¿cómo es eso? Hagan un paseo por Cuba y verán cual es el fin de ese escenario. Eso tiene un 40% de probabilidades.
El último, es cualquier forma de regreso a la situación existente antes de 1998, ¿es posible? No, pero es un intento y está en la mente de casi todos los que dirigen eso que llaman “oposición” el voluntarismo venezolano que piensa que con sólo pensar que las cosas pueden mejorar, lo harán. Este escenario es profundamente inestable, lleva en algunos casos al segundo, porque los actores entienden que no es posible la utopía venezolana, o conduce al tercero, en la absurda afirmación de que esto puede funcionar si lo dirigen personas “decentes”. La decencia es buena, pero sobre todo en Venezuela se confunde con ingenuidad.
Escenario | Crecimiento del PIB | Crecimiento de los precios | Tipo de cambio | Probabilidad |
Primero | -10% | 350.000% | 220.000,00 | 10% |
Segundo | 0% | 1.000% | 120.000,00 | 10% |
Tercero | -20% | 450.000% | Múltiples | 40% |
Cuarto | -5% | 200.000% | 360.000,00 | 40% |