Mantener los vínculos comunitarios pese a la pandemia, principal reto de Extensión Social UCAB para 2021

11 de enero de 2021

Para Adle Hernández, directora de Proyección y Relaciones Comunitarias y actual directora encargada de Extensión Social UCAB, las prioridades de la unidad durante el próximo año se fundamentan en la reinvención ante las limitaciones que impuso la Covid-19 en 2020, para seguir haciendo posible una labor que es fundamentalmente presencial.

Somos la bisagra entre las comunidades y la universidad, nuestro trabajo es generar procesos tanto en la comunidad como en el ucabista”. Esta es la frase con la que Adle Hernández, psicóloga y actual directora encargada de la Extensión Social UCAB, resume la labor que se realiza desde esta Dirección, brazo institucional de la universidad que se dedica al acompañamiento y apoyo de las comunidades aledañas al campus Montalbán y de otras parroquias de la capital, a través de programas y proyectos en siete ejes: organización comunitaria, promoción de la salud, educación, asesoría jurídica, psicología, sustentabilidad ambiental y asesoría económica y contable, de la mano de los propios vecinos de los sectores involucrados, con la intervención de especialistas, profesores, estudiantes y voluntarios de la universidad, y con la transformación social como premisa.

En esta entrevista, la también directora de Proyección y Relaciones Comunitarias, hace un recuento de lo que fue la experiencia vivida por su equipo durante el año que recién concluyó y asoma cómo enfrentarán este 2021.

LO QUE LA PANDEMIA DEJÓ: AÑO DE INCERTIDUMBRE Y CAMBIOS

Apoyar en la educación preventiva sobre la Covid-19 en sectores donde la información es confusa e incierta, atender necesidades relacionadas con servicios básicos precarios, mantener cercanía con las comunidades con nuevos métodos y preservar la salud y seguridad de los ucabistas que trabajan en las comunidades, fueron las acciones que determinaron el trabajo de la Extensión Social UCAB durante 2020.

¿Cómo desarrollaron sus actividades a raíz de la pandemia?

«Ha sido una situación bastante compleja porque nuestro trabajo es 98% en campo. Esta realidad donde no puedes ir a comunidad, donde es tan difícil cumplir con las recomendaciones, hizo que todo fuera muy complejo. Si bien nunca dejamos de trabajar, al principio lo más importante fue ver cómo lo hacíamos. El punto de partida y la prioridad para nosotros era mantener nuestros vínculos comunitarios, que las comunidades siguieran sintiendo y contando con la universidad para las diversas necesidades que surgían, pero siempre cuidando a nuestro equipo y sobre todo a los estudiantes».

¿Cómo fue ese proceso?

«Lo primero fue definir que lo principal era hacerle saber a la comunidad que nos manteníamos activos. Esto fue más o menos en marzo- abril, cuando había incluso posiciones encontradas sobre el uso del tapaboca. Entonces nos preguntamos: ¿Cómo hacemos para adaptar las recomendaciones de prevención de contagio por covid a poblaciones vulnerables, quienes además no cuentan con los servicios básicos necesarios para la prevención? Entonces nos centramos en una fase muy informativa, de sensibilización a las personas haciendo unas esquelas muy sencillas de cómo prevenir, cómo lavarse las manos si no tienes agua corriente, por ejemplo, para adaptar las recomendaciones internacionales a nuestra realidad en Venezuela».

¿Dónde se enfocaron luego?

«Por allá en mayo- junio, el tema era la espera del famoso pico de contagio, luego del cual podríamos retomar las actividades. Pero eso no ocurrió y debíamos seguir adelante, asumir la realidad y comprender que nos tocaba reinventar nuestras formas de trabajar. Entonces averiguamos cuáles eran las necesidades prioritarias para la comunidad en las que nosotros pudiéramos apoyar. Nos encontramos con unos docentes muy impactados, quienes además de vivir una situación dramática con respecto a su remuneración, no todos tenían (ni tienen) los implementos tecnológicos para llevar a cabo actividades a distancia. Entonces nos centramos en apoyarlos en eso y comenzamos a vincular a nuestros estudiantes, incorporando a los muchachos en hacer tutoriales, en ayudar a los docentes a montar las láminas para mandar sus clases, por ejemplo. Se trató de ver qué necesitaban y cuál era el apoyo puntual en el que podíamos nosotros contribuir y empezamos a hacerlo».

¿Cómo funcionó eso?

 «En principio bien, pues ya estábamos dando respuesta a lo urgente, pero entonces nos preguntamos qué más podíamos hacer y qué otras herramientas podíamos usar. Nos dimos cuenta, por ejemplo, que el uso de la plataforma Zoom no era viable, así que probando y probando opciones llegamos a los Foro Chat por WhatsApp. Y desde allí comenzamos a desarrollar más cosas. Hablamos del mes de julio más o menos».

¿Qué hicieron en los Foro Chat?

«Básicamente además de seguir el apoyo a los maestros, se generaron materiales para el acompañamiento psicológico de las comunidades con nuestra área de Desarrollo Integral, pues detectamos mucha angustia, mucho estrés y por ello trabajamos el tema de contención. También continuamos el monitoreo iniciado en mayo, el cual hacemos con personas claves de la comunidad, quienes son nuestra fuente de información, ya que con la pandemia, al no poder estar allá todos los días, perdimos una conexión. Con el monitoreo pudimos detectar, por ejemplo el problema con los servicios básicos, siendo lo más significativo el drama de la falta de gas para cocinar, que tiene meses siendo lo que más preocupa. También se reveló que no pueden seguir manteniendo la cuarentena y lo poco que se está haciendo en cuanto a prevención. Se están relajando los cuidados».

¿Han hecho actividades presenciales?

«Sí, en algunos casos y con las medidas de protección adecuadas, hemos asistido a las comunidades, especialmente a ver cómo han ido evolucionando las cosas en los espacios donde estamos virtualmente. Lo más difícil sigue siendo llegar, porque con el Foro Chat llegas a un grupo de personas, pero hay otros a los que no y esa es una realidad que enfrentamos y estamos resolviendo».

LA CLAVE DE 2021: «TRABAJAR CON LA GENTE»

Tomando como punto de partida los objetivos de sus líneas de trabajo, así como lo aprendido durante 2020, la profesora Hernández visualiza el año que está empezando con importantes desafíos, pero con las ideas claras y firmes sobre la misión a cumplir. “Queremos promover capacidades, impulsar iniciativas que mayormente dependan de la comunidad en la que somos aliados, trabajar en conjunto”, apunta.

¿Cuáles serán los principales desafíos de Extensión Social UCAB para 2021?

«Debemos pensar en dos cosas: el desafío en contexto covid-19 y el desafío en contexto país. En lo referido a la covid-19, el reto es cómo mantener y seguir trabajando constantemente con la comunidad, pues no puedes tener presencialidad completa aún. Esto es un gran desafío porque aunque hayamos encontrado otras formas de trabajo, estas no nos permiten los alcances que tenemos cuando estamos en presencialidad, hay cosas que no puedes llevar a lo virtual. Hay que seguir buscando alternativas para incorporar estudiantes en el trabajo comunitario, pero en virtualidad.

El otro desafío tiene que ver con el contexto país, pues la situación es sumamente compleja a nivel político, económico y social. Estamos viviendo con Covid-19 en una Venezuela que ya tenía una situación previa de una complejidad inmensa, que arrastra unas condiciones de vida extremadamente difíciles, sobre todo en las zonas populares con quienes nosotros trabajamos, con un alto deterioro en los servicios básicos, con un detrimento importante en políticas públicas, y allí se inserta el covid-19. Venezuela es un escenario muy retador, con Covid o sin él, de cara a lo que Extensión Social UCAB tiene que acompañar».

¿Cómo se preparan para estos escenarios?

«Haciendo evaluación de los escenarios. Porque nosotros no podemos cambiar la realidad, ojalá pudiéramos. Lo que nos toca es evaluar los escenarios que vamos identificando en la comunidad y el tipo de respuesta que podemos dar, en función de nuestras potencialidades y de las alianzas comunitarias que tenemos. En Extensión Social UCAB queremos ser coherentes con las necesidades comunitarias y promover vínculos orgánicos con la comunidad, acciones sistemáticas, generar procesos comunitarios, que no es otra cosa sino trabajar con la gente, no para la gente. Queremos promover capacidades, impulsar iniciativas que mayormente dependan de la comunidad en la que somos aliados, trabajar en conjunto.

Por otro lado cuando miro hacia la universidad (y por eso digo que somos bisagra) buscamos generar procesos en los estudiantes. Que cuando el joven vaya a las comunidades realmente reflexione sobre lo que va a hacer, sobre sus expectativas, sobre lo que observa y vive, para que piense cómo eso le impacta y se produzcan vínculos. Por eso siempre hablamos de que nos interesa promover procesos, tanto para la educación integral del ucabista como para la comunidad».

Actualmente, la Extensión Social UCAB desarrolla 50 programas y proyectos, que alcanzan a más de 58.000 beneficiarios en 17 parroquias del área metropolitana de Caracas e involucran a más de 2.600 estudiantes y 149 profesores ucabistas, además de 159 organizaciones aliadas.

Quienes deseen más información sobre las actividades de la Dirección de Extensión Social de la UCAB o conocer cómo colaborar con el trabajo que realiza esta dependencia, pueden ingresar a https://extensionsocial.ucab.edu.ve/

♦Texto: Yaydik Martínez/Foto: Manuel Sardá